Existen una serie de factores como: la alimentación, los hábitos de higiene, el estilo de vida y la atención sanitaria que determinan la salud y el buen desarrollo del individuo.
Los niños constituyen uno de los grupos vulnerables clásicos en el campo de los hábitos saludables. Es decir, a edades tempranas se encuentran en una etapa y en un desarrollo evolutivo en el que la consolidación de hábitos saludables es esencial para su posterior desarollo. En otras palabras, es durante este período cuando se empiezan a consolidar hábitos saludables que serán determinantes para su futuro.
Por tanto, fomentar desde edades tempranas hábitos saludables es mucho más fácil y beneficioso que en etapas posteriores en las que posiblemente supondrá un mayor esfuerzo debido a la costumbre de malos hábitos ya establecidos. En concreto, la mejor edad para adquirir y asimilar hábitos saludables es entre los 3 y 6 años.
También, es necesario incidir en la importancia de la implicación conjunta y sistemática de todos los agentes educativos de los niños (familia, escuela...) para que se adquieran realmente unos correctos hábitos saludables.
Para ello, en esta entrada os propongo algunos recursos para trabajar los hábitos saludables con los niños.
Empezando por los hábitos alimentarios, un recurso sería establecer un horario semanal de almuerzo para, de esta manera, aseguraremos que los niños van adquiriendo poco a poco un buen hábito alimentario integrando los distintos alimentos recomendados y evitando otros no tan saludables. Para ello podría servir el "Tren de los hábitos alimentarios saludables", el cual podría imprimirse y colgarse en casa, para recordar qué alimentos debemos llevar a la escuela cada día, o en el mismo aula a modo de recordatorio:
Por otro lado, os muestro también algunas láminas para imprimir y colorear, y recordar en qué momentos debemos desarrollar hábitos de higiene como, por ejemplo, lavarnos las manos:
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